CUANDO SENTIMOS QUE SE ACERCA EL DESTETE
CUANDO SENTIMOS QUE SE ACERCA EL DESTETE
El destete es un proceso natural que debería producirse bien a iniciativa de la madre, o a iniciativa del bebé, o por consenso de ambos. Nada ni nadie debería interferir en una decisión que solo compete a la diada.
Sin embargo, la presión social a la que se ven sometidas las madres que amamantan a bebés que se consideran ya mayorcitos por la sociedad y por los sanitarios, puede llegar a ser inmensa. Es intolerable. No debiera producirse.
Hoy en día sabemos por la ciencia, que la lactancia materna promueve el crecimiento óptimo de nuestros bebés, proporcionándoles no sólo nutrientes, sino inmunidad, factores de protección, factores de crecimiento, hormonas, encimas y un largo etc. Además, sabemos que estos beneficios no declinan con el paso del tiempo, sino que aumentan. Cuanto más tiempo se mantenga la lactancia mayor protección inmunológica para el bebé, así como a enfermedades comunes de la infancia, y también mayor protección para la madre frente al cáncer de mama y de ovario entre otras cosas.
¿Por qué entonces tanta presión social y laboral para que las madres desteten, en lugar de proteger como sociedad que busca el bienestar de todos sus miembros, esta situación que es tan frágil y de facilitar que las madres puedan lograrlo sin tanto sufrimiento, estando tranquilas, proporcionándoles todo el apoyo logístico y emocional necesario?
No es un tema baladí. En el 2016 la lactancia materna fue declarada como un DERECHO HUMANO, tanto para las madres como para los bebés por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Ya era hora.
Y como tal debiera ser fomentada y protegida por todos los estamentos sociales. Los gobiernos, las empresas, los empleadores, los profesionales sanitarios, la sociedad en su conjunto y las familias no debieran mirar hacia otro lado, ni encogerse de hombros como si no fuera con ellos. Está en juego la salud y el bienestar de toda la humanidad futura. Nunca es tarde para revertir el daño que lleva causando en nuestra salud el cambio de una alimentación natural por una artificial que se produjo en el siglo XX forzada por los intereses desmesurados y nada éticos de la industria alimentaria realizado a marchas forzadas y sin un estudio previo de las consecuencias a largo plazo en la salud planetaria. Consecuencias que estamos viendo en enfermedades emergentes.
EL TABÚ DE LOS PROCESOS FISIOLÓGICOS FEMENINOS ¿HASTA CUANDO?
Parece como si los procesos fisiológicos que son propiamente femeninos o que tienen que ver con la anatomía de las mujeres se ocultaran desde tiempos inmemoriales, llegando incluso hasta nuestros días. Existe un tabú a la hora de hablar de la lactancia, de la menstruación, del parto, de la menopausia o de nuestras tetas, siendo éstas últimas nada más que una parte anatómica nuestra tal y como puede ser la nuez que se desarrolla en el cuello a los hombres durante la adolescencia. Es un carácter sexual secundario y punto. ¿O acaso se les obliga socialmente a llevarla tapada? Los chicos también tienen pezones y pechos. Lo único que son subdesarrollados. Nadie se mete con ellos por ir con el dorso descubierto.
Desde que la cultura grecoromana hizo su aparición y nos arrastró para lo bueno y para lo malo se produjo un matricidio institucionalizado que todavía continúa. Se invisibilizaron los procesos corporales femeninos, que tienen que ver con nuestra sexualidad y con nuestra identidad como hembras de la especie mamífera a la que pertenecemos. Se nos apartó como apestadas de la vida social y se nos quiso reducir al ámbito doméstico.
Todavía hoy en algunos lugares de la tierra las mujeres menstruantes se tienen que esconder en zulos sin condiciones de habitabilidad y apartarse del resto de personas de sus respectivas comunidades.
Esto está pasando ahora mismo en Nepal (1), en pleno siglo XXI. Mujeres como tú y como yo consideradas impuras. Imagina donde pasarías 7 días de tu vida al mes si hubieras nacido en esa parte del mundo. O como les pasa a las mujeres de algunos países musulmanes por ejemplo en Afganistán que se las invisibiliza de cuerpo entero vistiéndolas con burkas (2) que impiden su visión y su libre desenvolvimiento, no permitiéndoles participar en la vida pública, siendo castigadas severamente incluso hasta la muerte si muestran alguna parte de su cuerpo. Estas mentalidades y costumbres hacen daño a la humanidad entera. Hace infelices a las personas, tanto a hombres como mujeres, menoscabando la salud de las mujeres y de las niñas que constituimos el 50% de la humanidad. Es una monstruosidad. Y hay que acabar con ello. Lo que no beneficia al otro tampoco te beneficia a ti.
- https://www.abc.es/familia/mujeres/abci-inhumana-practica-sometidas-mujeres-regla-nepal-201904270221_noticia.html
- https://www.youtube.com/watch?v=_uZu47s-0FE

En nuestra sociedad occidental se ha estigmatizado el pecho de las mujeres hasta hipersexualizarlo, apartándolo de su bellísima función de órgano nutricio y de órgano inmunitario de los bebés hasta que abandonan esa etapa tan simbiótica con la madre y entran en la etapa de la niñez. Tal y como dice Rigoberta Bandini en su canción “Ay Mamá”, “No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza”. Dan tanto miedo que Instagram o Facebook las censuran.

LA LACTANCIA HUMANA NO ES INNATA EN LA MADRE HUMANA
La lactancia como he dicho muchas veces es un proceso que no es innato en las mujeres. Necesita aprenderse de otras mujeres más expertas y ser protegido, por ser un proceso frágil. Precisa de muchas manos amigas, de una tribu que acompañe y de soporte. Es una vivencia que en sus inicios puede ser agotadora ya que los bebés precisan atención permanente durante 24 horas, siete días a la semana. Por lo tanto, una tarea de gran envergadura y no unas vacaciones como algunos desde su más absoluta ignorancia refieren.
Hoy sabemos que la medicalización de los procesos de parto, nacimiento y postparto influyen negativamente en la lactancia porque rompen y perjudican una vivencia que necesita tiempo, intimidad y calor humano. Tiempo para madurar, tiempo para poner en marcha los mecanismos fisiológicos y hormonales que la naturaleza ha previsto. La ciencia sin conciencia que tenemos está separando a las madres de los bebés. Estas actuaciones rompen y dañan la dinámica natural de la diada madre bebé. El sistema capitalista y consumista en el que vivimos no cuida a las madres y no cuida de la diada. No cuida el inicio de la vida. Aunque lamentablemente, como estamos viendo en esta la pandemia, tampoco cuida el final de la vida.

Son muchas las madres que han tenido un comienzo dificultoso en su lactancia. Ocurre con frecuencia que cuando todo empieza a ir bien escuchan voces a su alrededor provenientes de sus familias, sus amigos, los vecinos, los facultativos o el entorno laboral que les dicen que su bebé ya es mayorcito y habría que ir pensando en destetar.
Las mujeres, en estas situaciones, se sienten presionadas y abrumadas. A veces dejan de sentir, se desconectan de sus cuerpos y de sus bebés y se dejan llevar por los mandatos sociales. Esto se llama enajenación. Todo el mundo quiere que la mujer se desnaturalice y vuelva como oveja mansa al túnel productivo del que nunca debió salir. Algunos llaman a esto libertad. Valemos en cuanto producimos para el sistema y hacemos que haya dinero en circulación. Si procreamos, no importa. Nadie se enriquece con ello. Debemos hacer como si nada hubiera pasado. Las necesidades de las crías y de las madres son ignoradas, invisibilizadas, machacadas y destrozadas, a veces con indiferencia y a veces con auténtico desprecio por la vida.
LA LACTANCIA MATERNA PUEDE SER MUY EMPODERANTE
Por el contrario, otras madres que no han tenido ningún problema de inicio con la lactancia, como fue mi caso, que lo hemos transitado como una experiencia muy empoderante, siendo muy felices, nos encontramos en la encrucijada de tener que ocultar estos sentimientos porque no es políticamente correcto decir que has disfrutado con la lactancia y la crianza de tus hijos pequeños. Para muchas de nosotras no ha sido una carga criar. Lo que ha sido una carga es tener que vernos avocadas a tener que elegir entre trabajo y crianza. Ha sido penoso que se nos criminalizara por querer cuidar. Lo que ha sido demoledor es tenernos que apretar el cinturón, reducir horas de trabajo y por lo tanto de salario, para poder criar con un poco de calidad, humanidad y sentido común.
Porque criar conlleva invertir mucho tiempo, en especial los tres primeros años de vida, en que los bebés son muy dependientes. Y el día tiene 24 horas para todo el mundo. Externalizar los cuidados no es la solución porque un bebé quiere y necesita a su MADRE, madre con mayúsculas, ya que es el territorio que conoce. Es el cuerpo que le ha albergado desde su concepción en su corta vida. Es su hábitat natural y necesita ese cuerpo para generar un apego seguro y posteriormente autorregularse. Si respetamos el ritmo natural de desarrollo del bebé con el tiempo precisará de su padre, más tarde en torno a los tres años de otras figuras externas y llegará un momento en que el bebé deje de ser bebé y se destete. Esto es algo que no debiéramos forzar los adultos y menos si somos ajenos a la diada.

¿QUÉ ES EL DESTETE?
El destete podría considerarse como un segundo nacimiento del bebé. Abandona esa simbiosis con la madre y se lanza al mundo. Empieza su individualización, su independencia. El destete no es un punto fijo en el tiempo, ni lo marca el calendario. Es un proceso que sabemos el momento en el que empieza, pero no cuando va a acabar. Puede durar semanas, meses o incluso años.
El pediatra Carlos González nos explica que es el proceso por el que se cambia de un método de alimentación a otro. En inglés se usa la palabra waning que deriva del anglosajón wenian, que significa: “acostumbrarse a algo diferente”, y no indica el cese total de la lactancia materna, sino la adicción de otras cosas. Los diccionarios ingleses definen to wean como “acostumbrar a un bebé o a un animal joven a alimentos distintos de la leche de su madre” o “hacer que alguien abandone un hábito, una compañía, etc.”
No hay dos destetes iguales. Podrías tener tres o cuatro hijos y cada diada transitaría su propio proceso. Son muchos los factores que influyen en el destete en la hembra humana como ya he dicho. No todos son factores externos. El temperamento del bebé o el lugar que ocupe en la familia tienen también su protagonismo.
¿EN QUÉ CONSITE ES EL DESTETE NATURAL DIRIGIDO POR EL BEBÉ?
El destete de las crías humanas es un tema apasionante del que se ha estudiado muy poco. Una de las mayores expertas es la antropóloga norteamericana Kathy A. Dettwyler. Se puede aprender mucho leyendo su libro Breastfeeding Biocultural Perspectives. No es un tema fácil, porque como todo en el ser humano, la experiencia del destete no es algo puramente biológico, sino que está modelada por la cultura, las creencias, la religión, la moda, la política y la educación. Es un fenómeno bio-psico-sociocultural. Por ejemplo, el país donde haya nacido la criatura determinará claramente la duración de la lactancia porque lo habitual es que sean los adultos de esa comunidad quienes dictaminen lo que va a durar.
¿Pero, y si dejamos a los bebés decidir por ellos mismos? Para responder a esta pregunta es muy interesante hablar con madres que han respetado a su bebé y dejado que su criatura se destetara por sí misma cuando estaba preparada para hacerlo, a su ritmo y sin presiones externas. Esto nos arroja luz sobre la realidad de la criatura humana en este tema. Para ello es importante acudir a los grupos de apoyo a la lactancia donde las madres se encontrarán con otras madres en su misma situación o que ya han pasado por una situación similar y podrán compartir tanto sus vivencias, como sus miedos y preocupaciones.
Un dato fundamental que se debiera conocer es que si dejamos al bebé decidir por sí mismo cuando tiene suficiente pecho, eso no acostumbra a ocurrir antes de los 2, 3 o 4 años. La edad media de destete a nivel mundial está entre los dos y cuatro años. Si ocurre antes en los países industrializados, es a causa de diversos factores, como el hecho de que la criatura percibe que en su entorno es la única de su edad que mama o a causa de la presión de los demás, incluida la madre. En la mayoría de los casos se debe a factores ligados al hecho de que estamos en una sociedad que no apoya la lactancia natural.
En los destetes naturales el niño decide que ya no quiere más. De un día para otro ya no sabe mamar. Se produce sin traumas. El bebé abandona su fase oral para pasar a la fase anal.
En mi caso particular cuando mi hija tenía tres años y tres meses me dijo muy segura de sí misma que ya no le gustaba mi leche, que sabía ácida y que se la dejaba para el hermanito. Dejó de necesitar teta para dormir y ella misma lo sustituyó por uno, dos, tres cuentos. Necesitaba cuentos o caricias y masaje para dormir. Un día con seis años a los cuatro meses de haber empezado el colegio me dijo que ella ya sabía leer cuentos y que ya no necesitaba que los leyera yo. Así terminó el acompañamiento nocturno cuando ella ya no lo necesitó. Los niños guían sus propios procesos. Hay que estar ahí, escucharlos, verlos, reconocerles y darles su espacio. Ellos son los protagonistas de su desarrollo y saben lo que quieren, cuando lo necesitan y cuando no.
¿QUÉ OCURRE EN OTRAS ESPECIES NO HUMANAS?
Cuando hablamos del destete de cualquier otro mamífero no humano, al contrario de lo que he argumentado que ocurre con los primates humanos, podemos determinar claramente, mediante estudios de observación, el tiempo que maman. Digamos que todos ellos cumplen con un patrón biológico que determina que cuando llegan a una edad, o bien se destetan por sí mismos, o es la madre la que va perdiendo interés y les aparta. Es muy habitual que cuando ya comen otras cosas, es decir cuando las crías ya tienen cierta independencia, la madre no les deje acceder al pecho. Esto no supone un problema de “culpabilidad” para las mamíferas no humanas, al contrario de lo que pasa con la hembra humana. Hay una determinación biológica que se cumple a rajatabla. Todos los mamíferos no humanos se destetan aproximadamente al mismo tiempo.
Por ejemplo, en el caso de los perros sabemos que el destete comienza sobre las tres semanas de edad y debe prolongarse hasta las ocho semanas. Este tiempo de lactancia garantiza que el animal crezca fuerte y se convierta en un perro adulto sano y equilibrado.
En el caso de los gatos el destete se produce en algún momento entre las 8 y las 10 semanas.
¿Y en el caso de los chimpancés o gorilas con los que compartimos el 99% de nuestro ADN?


En los chimpancés y gorilas, la edad en la que las crías dejan de tomar la leche de sus madres se ha estimado entre 4,5 y 5,5 años que es cuando empiezan a aparecer los primeros molares definitivos (Smith 1991).
Los orangutanes baten todas las marcas, con una edad de destete que llega a los 7,5 años. Si nos guiamos por la regla de los molares, un bebé humano que no fuera empujado a destetarse mamaría hasta los 5 años y medio o los 6 años. Menciono aquí que los humanos alcanzan la autonomía inmunológica en torno a los seis años de vida. Dice Doren Fredrickson que esto permite suponer que, a lo largo de nuestro reciente pasado evolutivo, los niños disponían de la inmunidad activa que proporciona la leche materna hasta esa edad más o menos. Pensemos en cuando se caen los dientes de leche de nuestros bebés y por qué se llaman dientes de leche.
Se ha establecido también una relación entre el peso de nacimiento y el destete. Investigaciones de hace 30 años en pequeños mamíferos indican que el destete ocurre algunos meses después de cuadriplicar el peso de nacimiento (Lee, Majluf y Gordon 1991). Como promedio los bebés varones en estados unidos cuadruplican su peso de nacimiento a los 27 meses y las niñas en torno a los 30 meses.
Otros estudios sugieren que los primates se comportan como otros mamíferos destetando a sus descendientes cuando alcanzan un tercio de su peso de adulto (Charnov y Berrigan, 1993). Los humanos alcanzamos diferentes tamaños pero promediando el destete tendría lugar entre los 4 y los 7 años.
En nuestro caso, como hemos explicado, son muchos los factores externos que determinan el destete, sin embargo, no me cansaré nunca de decir que es importante respetarnos como mujeres. Si sentimos que la lactancia ya no nos satisface lo adecuado es buscar la manera de ponerle punto final, aunque teniendo siempre en cuenta los sentimientos del bebé, procurando ser sensibles a su necesidad de succión y de estar en contacto con el cuerpo de la madre.
¿QUE TIPOS DE DESTETE EXISTEN?
Una clasificación sencilla sería apreciar que hay tres tipos de destetes:
- Los impuestos externamente por los sanitarios, los familiares, la moda o la cultura del entorno, la política o la religión.
- Los que son impulsados por la madre porque ya no disfruta con la lactancia y decide que ya no quiere seguir. Curiosamente suele ocurrir cuando los bebés todavía no están preparados.
- Los decididos por los bebés que suelen ocurrir cuando las madres no están preparadas o por consenso entre ambos, cuando ya son mayorcitos.
Todos los bebés si les dejamos, se destetan alguna vez por sí mismos ya que es como estamos biológicamente diseñados. No es cierto que los bebés sigan mamando hasta llegar la universidad si no hacemos antes, algo, al respecto como muchos adultos con prejuicios sentencian.

¿DE QUE MANERA PUEDEN HACERSE ESTOS DESTETES?
Esto preocupa mucho a las madres. Todos los destetes pueden hacerse de dos formas:
- De forma brusca que no es aconsejable.
- De forma gradual y progresiva, siendo ésta última la deseable porque permite la adaptación de ambos, tanto del pecho de la mujer como del bebé a la nueva situación.
A su vez el destete puede ser parcial o total.
Un destete puede hacerse de forma parcial es decir que el bebé no mame durante unas determinadas horas del día. Lo más habitual suele ser hacer un destete parcial nocturno. Hay muchas razones para ello. La más frecuente es el cansancio acumulado de la madre cuando los bebés demandan mucho por la noche y la diada no ha logrado sincronizar su sueño. La lactancia de día se puede mantener todo el tiempo que ambos deseen. Mas adelante le dedico un apartado a este tema. Otra manera de hacerlo es un destete parcial mientras la madre trabaja. Al bebé se le alimenta con otros alimentos adecuados para él en ausencia de su madre y cuando está con la madre se abre la barra libre.
Y finalmente el destete puede ser total, es decir encaminado a finalizar con la lactancia tanto de día como de noche. Aquí es importante recordar que la leche sigue siendo un alimento indispensable hasta los tres años de vida. A partir del año si el bebé ya no toma leche materna puede sustituirse por leche de vaca. Entre los 6 meses y el año si destetamos habrá que sustituir la leche de la madre por leche artificial.
¿A QUIEN CORRESPONDE TOMAR LA DECISIÓN DEL DESTETE?
Si miramos hacia atrás, durante todo el siglo pasado se ha venido considerando la lactancia artificial como la forma más moderna e ideal de alimentar al bebé. Hemos estado inmersos en lo que se llama la cultura del biberón. Y aún en este siglo continuamos abducidos por dicha cultura.
Es incuestionable que hoy en día, prácticamente todos los expertos, reconocen ya la superioridad de la leche materna y la manera en que favorece el vínculo afectivo entre madre-bebé, así como la inmunidad que proporciona.
Sin embargo, a la hora de ponerla en práctica, las madres tienen a veces muchas dificultades debido principalmente a la falta de criterios unificados y a la falta de una información correcta y actualizada para que las madres puedan dar el pecho de manera satisfactoria, todo el tiempo que deseen. Hay mucha información mediatizada por las casas comerciales de alimentación infantil que hay que saber desenmascarar. Si no lo hacemos es por seguro que nos harán dudar de nuestra capacidad.
Las pautas que muchos sanitarios suelen dar para destetar a un bebé alimentado con leche de su madre, son las mismas que dan para los niños que son alimentados con leche artificial. Esto es un error ya que la mayoría de los profesionales, no han visto a un bebé mayorcito mamando ni conocen lo que es la fisiología de la lactancia, pudiendo resultarles difícil de imaginar la relación tan intensa de una madre con su bebé cuando mantienen una lactancia. Sigue siendo habitual que muchos profesionales guíen el destete de las madres sin informarles que están destetando a su bebé a través de las pautas que dan al introducir la alimentación complementaria. No preguntan antes a las madres si quieren o no destetar. Dan instrucciones generales sin abordar la individualidad de la diada.
Si la enfermera de pediatría o el pediatra le dice a una madre que “sustituya tomas por frutas o purés” o le dice “dale primero la comida y la teta de postre” esta madre, sin saberlo, estará dando los primeros pasos para destetar a su bebé. ¿Alguien le ha preguntado antes a esa madre si desea destetar? Pensad en esto familias. Informaros antes.
Los profesionales debieran recomendar iniciar la alimentación complementaria a partir de los seis meses y nunca ante. Como bien califica su adjetivo, la introducción de la alimentación sólida es complementaria a la leche, la cual siempre antes del año de vida del bebé, debe ofrecerse primero y no “de postre”.


Incluso a pesar de las clarísimas recomendaciones de la OMS y de la propia Academia de Pediatría nos encontramos que hay profesionales que siguen insistiendo en introducir otros alimentos antes de los seis meses de vida del bebé. Esto es especialmente grave cuando han sido bebés prematuros, ya que no suelen tener en cuenta la edad corregida, lo que puede inducir a un destete muy temprano. Y si todos los bebés necesitan leche materna, los prematuros todavía más.
¿Y cómo se hace el proceso de destete cuando lo guiamos los adultos?
Es muy sencillo, lo hacemos sustituyendo tomas. Para destetar al bebé como hemos dicho antes, lo mejor es hacerlo de una forma gradual, y para ello se suele reemplazar una toma cada vez con una papilla u otro alimento adecuado a la edad y al grado de desarrollo del bebé. Suele ser recomendable empezar por sustituir una toma de mañana o del mediodía ya que son las que se suprimen más fácilmente. Cuando el bebé se ha adaptado a la sustitución de una toma, se sustituye una segunda toma, normalmente no consecutiva. Estas tomas que ya no son de leche materna las puede hacer el padre.

El proceso se repite hasta que sólo se mantienen las tomas de la mañana y de la noche, que finalmente se abandonan poco a poco. Las tomas de la mañana y de la noche pueden mantenerse durante varios meses, e incluso años. Muchos son los niños y niñas que toman el pecho después de su segundo año, sobre todo en esos momentos que lo siguen necesitando, normalmente para relajarse y dormirse.
Todas conocemos ya las recomendaciones de la OMS y de las organizaciones de pediatría acerca de la lactancia que se aconseja de forma exclusiva hasta los 6 meses de edad del bebé y continuar ofreciendo el pecho hasta los dos años de vida junto con otros alimentos. A partir de ahí todo el tiempo que ambos quieran.
Las madres que quieran destetar parcialmente de forma precoz, a los cuatro meses, pueden seguir dando el pecho por la mañana y por la noche. Esto resulta especialmente adecuado para una madre que trabaja. La mamá puede dar el pecho a su bebé antes de irse al trabajo y al regresar. Los fines de semana y a las noches seguir amamantando a libre demanda. La ventaja de continuar con estas tomas es que consuelan a ambos y sigue proporcionando nutrición e inmunidad. En estos casos lo normal es que el bebé incremente las tomas nocturnas para compensar.
DESTETE PARCIAL NOCTURNO
Esta variable merece una mención aparte. Hay madres que cuando llevan mucho tiempo amamantando y se incorporan al trabajo sienten que no pueden más, necesitando destetar a la noche. Esto sería un destete parcial nocturno. Madres que disfrutan dando el pecho durante el día y los fines de semana, pero necesitan descansar a la noche. Hay que saber que destetar a un niño de más de un año que tiene perfectamente claro lo que quiere no es tarea fácil. Para la madre que se encuentre en esa situación comentar que hay dos ventanas de edad en las que vamos a encontrar al bebé más colaborador.
Una sería en torno a los 8 y 9 meses en que incluso a veces ellos mismos suelen hacer lo que llamamos una huelga de lactancia. A la edad de los 8,9,10 meses los bebés empiezan a gatear. Empiezan a tener capacidad para por sí mismos alejarse de sus madres. Pero no se alejarán mucho ya que todo el mundo exterior les es desconocido. Les asusta y les atrae a la vez. Simultáneamente con esta recién adquirida habilidad, surge a nivel emocional, lo que se llama “el miedo a los extraños” o “la angustia de la separación”. Bebés que antes se podían quedar con cualquiera ahora no admiten a nadie. Solo quieren a sus madres y a sus padres si han estado ahí desde el principio interaccionando y ocupándose del bebé. Parece que el resto de personas les asustan.
Tiene sentido ya que esta nueva emoción les mantiene cerca de sus madres o de las figuras de apego que son las que les proporcionan protección y por lo tanto garantizan su supervivencia. Muchos bebés están tan emocionados con los nuevos descubrimientos que puede que se olviden temporalmente de mamar. Ya comen otras cosas que también les interesan más, con las que juegan y descubren nuevos sabores y texturas. Si la madre se había planteado un destete antes del año, éste puede ser un buen momento. Apenas tienes que hacer nada. Sólo seguirle al corriente e intentar aumentar el tiempo de juego.

Una segunda ventana es esperar a que cumplan los 15 o 16 meses de vida, edad en la que comienzan a adquirir la emoción de la empatía. Empiezan de forma rudimentaria a ser capaces de ponerse en el lugar del otro. Pueden entender cosas como el ciclo del día y la noche o que la tetita tiene” pupa” o que está cansada porque ellos ya han experimentado el dolor, el cansancio y ya conocen el ritmo del día y de la noche. A esa edad ya se puede empezar a negociar con los bebés este tipo de cosas.
Se precisará la colaboración de la pareja para que se ocupe del bebé. Para una madre que cría sola resultará más difícil. La pareja es la figura que facilita tanto la lactancia como el destete y ayuda al niño a la hora de adquirir su independencia.
Además, hay que ser coherentes. Si se inicia el proceso tenemos que mantenernos firmes. Si un día empezamos, pero al día siguiente porque no nos conviene, nos saltamos nosotras mismas lo hablado con el bebé no lograremos avanzar y generaremos confusión y mucho dolor. Los esperable en un bebé saludable es que se oponga durante varias noches y que reclame su teta. Hay que entender que para ellos es duro renunciar al pecho que les sirve tanto para calmarse como para conciliar el sueño. Es una dinámica relacional que se ha construido desde el nacimiento y supone un salto al vacío. Ahora tendrán que aprender a calmarse de otra manera y para ello van a necesitar la presencia de un adulto amoroso y paciente que durante varias noches se enfrente al rechazo del niño que reclamará a gritos a su madre en mitad de la noche. Aquí el papel de la pareja es fundamental. Como se pasa mucho sueño recomiendo hacerlo en periodo de vacaciones o reservarse al menos una semana o diez días para cambiar lo que ya constituye un hábito en el niño.
Antes de iniciar el proceso es importantísimo explicar al bebé lo que vamos a hacer. Decirle que la tetita y la mamá están cansadas a la noche y que necesitan dormir pero que al día siguiente cuando la mamá y la teta se despierten tendrá su amada tetita. Evitaremos usar la palabra “no”. Es mejor decir “si cariño, mañana mamá te dará tetita cuando salga el sol”, “Ahora que está la luna vamos a dormir tu y papá” Puede que haya que repetirlo 100 veces, siempre en voz baja y sin encender la luz.
El llanto es la manera que tiene el niño de comunicarnos su malestar y debemos ser capaces de sostener ese llanto. Este va a ser el papel del padre, sostener. Por lo que con anterioridad hay que hacer un trabajo interno ya que muchas veces el llanto del niño nos conecta con las heridas de nuestro niño interior y el adulto se desmorona. El niño necesita que el adulto sea la base firme para poder transitar su proceso de duelo. Merece la pena trabajarnos esta situación antes de empezar con el destete para, insisto, saber sostener el dolor de ese niño con ternura, paciencia y contención. El amor va a ser la tirita que todo lo cura.

Hay un cuento que se llama la “Teta cansada” de Monserrat Reverte, disponible en internet que se puede usar para ir mentalizando al bebé. Además, puedes personalizarlo. Existen otros libros como La Fiesteta o Duérmete tetita para acompañar el destete respetuoso y amoroso. Cada vez hay más recursos.
¿QUÉ PAUTAS NOS PUEDEN FACILITAR EL PROCESO DE DESTETE?
Hay una serie de pautas o recomendaciones que ayudan y facilitan el proceso de destete en niños ya mayorcitos que saben perfectamente lo que quieren, con los que hay que negociar. Estas pautas son las siguientes:
- Ofreceremos regularmente alimentos al bebé para minimizar su hambre y sed. Y cuando se nos acerquen con ganas de mamar nos adelantarnos con un buen sustituto, procurando que sea lo más nutritivo y saludable posible.
- “No ofreceremos, pero no negaremos” la preciada tetita. No les daremos el pecho si no nos lo piden. intentaremos que se distraigan con otras cosas. Sin embargo, cuando lo reclamen, no dudaremos en dárselo enseguida. Cualquier intento de salirnos por la tangente y resistirnos sólo llevará a que insistan más.
- Haremos un cambio de rutinas diarias. Ya que hay lugares y momentos en los que nos suelen pedir más el pecho. Conviene pararse a pensar en ello. Por ejemplo, procuraremos no sentarnos en la silla que habitualmente lo hacemos para darle de mamar. Y si nos pide el pecho cada vez que se despierta por la noche o en la siesta, es recomendable que sea nuestra pareja la que le ayude a conciliar nuevamente el sueño o lo levante por la tarde y lo lleve a pasear. Esto se llama OPERACIÓN PADRE. El padre es el gran facilitador del destete y su papel es importante. Cuando el niño crece y se va haciendo más mayor tiene que desprenderse de algo que necesita y quiere mucho, la teta de su madre, pero si el padre incrementa su presencia y el cuidado afectuoso del bebé, ese bebé gana a cambio de su teta, a un padre mucho más presente y más involucrado.
- Un cambio de lugar. Si el bebé pide más cuando está en casa a veces por aburrimiento y está más distraído en otros ambientes, hay que procurar durante el destete planear largos paseos o visitas a lugares donde vaya a estar entretenido. Si resulta ser, al contrario, que pide más cuando está en ambientes poco conocidos, procuraremos pasar una temporada tranquila en casa y mantener al mínimo las distracciones. Hay veces que los bebés se estresan mucho en exteriores con mucha gente y maman por estrés.
- Limitaremos las tomas del pecho. Cuando el bebé ya nos entiende muy bien puede funcionar contar hasta un número determinado. Por ejemplo, decirle: “Vas a chupar un ratito y contaremos sólo hasta 20 ¿vale?”. Los bebés se lo toman como un juego. Es una manera de que aprendan a contar. Se ríen cuando adrede nos equivocamos. Podemos cantarles una canción corta y decirles que cuando acabe la canción la tetita va a descansar y proponerles hacer otra cosa a cambio, algo que interese al niño por supuesto. Si insistimos un poco y hacemos siempre lo mismo, observando que el bebé no se lo tome demasiado mal, poco a poco se puede convertir en un destete muy bien planificado, sobre todo cuando ya tiene más de 2 años. Los niños de más de dos años les gusta entrar en estos juegos y suelen respetar las reglas.
- Finalmente intentaremos dejar para lo último las tomas de pecho más importantes para nuestro bebé. Éstas suelen ser las de antes de dormirse, en la noche y por la mañana al despertar.
LOS SENTIMIENTOS DEL NIÑO
En este proceso deberíamos, ante todo, tener en cuenta las necesidades del niño o la niña, así como sus sentimientos. Si les notamos especialmente inquietos, irritados, llorosos, en especial cuando intentamos distraerle de otras formas cuando nos pide el pecho, podemos pensar que quizás el destete está yendo demasiado deprisa.
Puede haber otras señales de que el destete va demasiado deprisa, por ejemplo; si notamos ciertas regresiones en su comportamiento, se despierta más en la noche, incrementa la dependencia, se vuelve agresivo, comienza a morder cuando nunca antes lo había hecho y síntomas físicos como molestias estomacales y estreñimiento.
En estos casos deberíamos pensar en otras estrategias más efectivas e interrumpir temporalmente el destete. Si los niños enferman también es recomendable parar el destete ya que la lactancia les ayudará a recuperarse antes. Se puede reiniciar en otro momento más adecuado.
Momentos no adecuados para interrumpir la lactancia son los cambios de casa, la entrada en el cole o la guardería, cuando están enfermos, si hay separación o divorcio o cualquier otra situación que suponga estrés en la familia.
Cuando son mayorcitos es importante que tengamos en cuenta, ante todo, que el destete supone una renuncia para el niño o la niña y que van a necesitar recibir otra cosa a cambio. El niño tiene que hacer su duelo particular e integrarlo.

LOS SENTIMIENTOS DE LA MADRE
Las madres pueden haber deseado que llegase el momento del destete. Incluso haberlo promovido y programado. Pueden haber tenido sentimientos de agitación que son momentos en los que sientes un fuerte rechazo por tu bebé cuando está mamando, que ocurren normalmente cuando se lacta en tándem o a gemelos o a bebés mayorcitos. Pueden, por lo tanto, sentir alivio cuando llega y felicidad porque su bebé ha superado una fase. Sin embargo, junto a esa felicidad y orgullo puede haber también sentimientos de tristeza y depresivos. Para nosotras supone también un duelo. También dejamos para siempre una experiencia de total fusión con el bebé que ya nunca volverá. A muchas nos sale llorar. Llorar de alegría y de pena a la vez. Es bueno llorar. Llega un día en que, mirando a nuestro hijo o hija, feliz, jugando con sus coetáneos, descubrimos que ya no nos duele.
Cuando nos escuchamos a nosotras mismas y somos sensibles con las señales de nuestros bebés y si estamos seguras de nuestra decisión porque la hemos tomado libremente y sin presiones externas y no sentimos ningún tipo de culpabilidad, va a ser menos probable que el bebé tenga problemas en esta etapa. Seguramente estaremos actuando de la manera más acertada. Un destete gradual y con amor planificado o no, es reconocer que la lactancia es mucho más que leche, es alimento emocional para ambos.
UN FINAL FELIZ
Recomiendo escribir en un cuaderno como fue el destete. Momentos y anécdotas que ocurren que el tiempo borrará si no las plasmas sobre el papel. Cuando lo consideres adecuado puedes leérselo a tu niño/a grande. Y si quieres compartir tu experiencia conmigo o con otras madres, estaré encantada de recibirla. Puede que algún día, si me enviáis muchas, las recoja en un libro y las comparta para que otras madres se sientan acompañadas e inspiradas en este proceso que como dije al principio, al ser un proceso fisiológico propio de la mujer está oculto e invisibilizado, teniendo tanto en el bebé como en nosotras, un fuerte impacto emocional quedando impresa en el bebé una huella imborrable.