BEBÉS BELLOS DURMIENTES EN TIEMPOS DE PANDEMIA
BEBÉS BELLOS DURMIENTES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

La llegada de un bebé es siempre motivo de alegría, aunque también de incertidumbre y de miedos. Nos preguntamos ¿seré capaz de darle lo que necesita? ¿Tendré suficiente leche? ¿Estará sano/a? ¿Seré una buena madre, un buen padre?, etc.
LAS NUEVAS FAMILIAS NECESITAMOS PREPARACIÓN E INFORMACIÓN.
Es común tras el parto escuchar el comentario de que “nadie nos prepara para esto”. Y es absolutamente cierto. El camino lo vamos haciendo andando, con sus aciertos y con sus errores. El pos-parto es duro aunque no por ello deja de ser maravilloso. Muy pocas personas hablan de ello. No debemos culpabilizarnos cuando erramos, pues somos seres humanos. El ingrediente para que todo vaya bien es que hagamos lo que hagamos, lo hagamos desde el sentimiento del Amor.

Sin embargo, un poco de preparación sobre lo que se nos viene encima con el pos-parto inmediato no vendría nada mal ¿verdad? Sería deseable que desde las instituciones públicas se nos mostrara como bregar con un bebé sano y también que cuando viniesen las dificultades se nos asistiera, en especial al principio, en los momentos en no sabemos como actuar y todo lo nuevo nos desborda. Verdaderamente esta ausencia de referentes e información puede generarnos mucha angustia. Angustia que durante la pandemia ha aumentado considerablemente ya que los profesionales no han estado al alcance de los nuevos padres y madres. Los protocolos de distanciamiento establecidos no ayudan. Una visualización de una toma, tan importante los primeros días, no puede hacerse por teléfono. Si se demora, aunque sea en una semana, llegamos tarde. Es un insulto a la inteligencia atender a una madre y a su bebé mediante cita telefónica. Además desde mi punto de vista representa una grave negligencia con posibles consecuencias indeseadas. La soledad ha sido y está siendo infinita. Me lo dicen cada día muchos padres y madres. Estos protocolos de distanciamiento han puesto en riesgo a muchos bebés. A las madres no les queda otra que acudir a urgencias, sobre saturando el servicio y siempre con el miedo por parte de las familias a contagiarse de Covid-19.
El desmantelamiento que se está haciendo de la atención primaria, choca abismalmente con el derecho a la salud reconocido en nuestra Constitución afectando especialmente a los más vulnerables como son los recién nacidos, los ancianos y los pacientes con enfermedades graves tanto diagnosticadas como sin diagnosticar debido a que no se les da cita.
LOS BEBÉS SON LOS GRANDES DESCONOCIDOS EN NUESTRA SOCIEDAD
Los bebés son grandes desconocidos en nuestra sociedad. A pesar de que todos y cada uno de nosotros y de nosotras hayamos sido bebés en el pasado. Parémonos a pensarlo. Si antaño indudablemente fuimos bebés y ahora somos adultos y adultas en el presente, es porque hemos sabido superar exitosamente todas las dificultades y retos que se nos han puesto en el camino. A saber, hemos superado el parto, momento crítico inicial en el que nos jugamos la vida. Hemos conseguido obtener todos los nutrientes que necesitábamos del pecho de nuestra madre a base de practicar la succión y mejorar el agarre, de modo que, en algún momento, hemos llegado a ser expertos en el arte de la lactancia. Hemos aprendido a gatear, a sentarnos, a caminar, a comer otros alimentos, a hablar y a interactuar en sociedad con otros y otras coetáneos/as. Poco a poco la sociedad y la cultura nos han moldeado y hemos llegado a ser lo que somos ahora. En el camino hemos enterrado al bebé que fuimos. ¿Pensáis que exagero? Aunque seguramente ese bebé niño o niña sigue estando ahí dentro, en algún lugar de tu mente y tu corazón. La paternidad y maternidad es un buen momento para re conectar con ese niño/a interior. Propongo el ejercicio de cerrar los ojos y bajar al suelo. Sí, al suelo de nuestro salón, por ejemplo, e imaginar que somos ese bebé pequeño que descansa sobre su espalda y que mira el techo. Un bebé que no puede voltearse todavía por sí mismo, al que se le mueven las piernas y los brazos de forma involuntaria, que no habla, pero que respira y siente. Por un momento os pido que os metáis en la piel de un bebé que puede sentir miedo, hambre, frío, calor, inseguridad, angustia, al que le incomoda la luz o el exceso de ruido y que tan sólo viene equipado con su cuerpo y su llanto para hacer entender a su entorno inmediato lo que necesita en ese momento. ¿Os cambiaríais por ese bebé? Os puedo asegurar que no es fácil la vida de un bebé totalmente dependiente de las personas de su entorno. En todo momento nos envían señales para que les atendamos ya que por sí mismos poco pueden hacer. No hablan, pero lo expresan todo a través de su cuerpo, de sus movimientos y de su tono corporal. Si no conectamos con ellos, les estamos desatendiendo y ellos mismos pueden llegar a desconectarse. De hecho, en nuestra cultura no le dedicamos ni un minuto a pensar que necesitan verdaderamente los bebés. Nuestras políticas públicas deberían centrarse en los cuidados de los más vulnerables pero no lo hacen. Sin embargo, convertimos de inmediato a los cachorros humanos en pequeños adultos consumidores. Tendemos a pensar que con muchos objetos caros van a estar bien. Por el contrario, si algo nos enseñan los bebés es que lo que necesitan son los brazos de su madre, su contacto y en su defecto los del padre. Necesitan estar en contacto con un adulto cuidador que satisfaga todas sus necesidades para crecer con seguridad afectiva y confianza en el mundo y en sus capacidades aún por desarrollar. No necesitan nada más que contacto inmediato y prolongado con sus progenitores y en especial con su madre los primeros meses de vida. Todo lo demás en una invención interesada de una sociedad de consumo capitalista desnaturalizada.

BEBÉS BELLOS DURMIENTES ¿POR QUÉ CADA VEZ NACEN MÁS?
Vivimos tiempos de pandemia. Toda la sociedad parece haberse detenido o al menos ralentizado. Sin quererlo, como un mal menor, hemos echado el freno colectivo a la economía que no debemos confundir con lo que algunos llaman progreso. Cada vez hay más desempleados y parece que nadie sabe a ciencia cierta cómo salir de esta situación. Los expertos hoy dicen una cosa, mañana otra y generan mucha confusión.
Sin embargo, la vida sigue. La vida no se detiene, no puede pararse porque vida es movimiento y adaptación. La vida necesita fluir y perpetuarse, no entendiendo de mejores ni peores momentos. Por lo tanto, durante la pandemia han seguido naciendo muchos bebés.
Sabemos que los bebés vienen genéticamente programados para reptar y llegar al pecho de su madre donde conseguirán el alimento que les asegurará su supervivencia. Para ello necesitan ser colocados desnudos encima del cuerpo de sus madres y dejarles que ellos busquen. Traen un buen equipamiento de serie. Los sentidos del gusto y del olfato están aumentados así como la sensibilidad de su piel, en especial alrededor de su boca. Aunque el sentido de la vista está todavía poco desarrollado, saben guiarse hasta llegar a la zona oscura de la areola de su madre. Las glándulas de Montgomery desprenden un olor similar al del líquido amniótico lo que guiará a su agudizada nariz hasta el pezón de la madre. Nuestros bebés nacen muy desvalidos pero no son tan frágiles como aparentan. Si confiamos en ellos llegarán a su destino. En este proceso inicial que le llamamos contacto precoz o hacer el piel con piel y que puede durar varias horas, los bebés descansan y reanudan su búsqueda hasta que en un momento dado, cuando están con la nariz tocando el pezón, cogen impulso, echan la cabeza hacia atrás, abren mucho la boca y caen sobre la estructura pezón –areola. En ese momento comienza la historia de un gran amor. Porque al volverse a conectar con su boquita a nuestro seno, la oxitocina correrá a raudales por nuestras venas y ya siempre será el niño o la niña mas bonita o bonito del mundo. De esta forma la naturaleza hace que creemos un vínculo poderoso entre madre y bebé que promueve los cuidados y la dedicación que nuestras criaturas precisarán al menos durante los tres primeros años de vida en los que son muy dependientes.

Es esperable que todo bebé que nace sepa hacer lo que tiene que hacer para procurarse el alimento. La madre con el tiempo aprenderá a sostenerlo y a responder a sus demandas.
Pero ¿qué pasa cuando los bebés no demandan o cuando ante el pecho de su madre no son capaces de hacer un buen agarre, sosteniendo el pecho o se quedan dormidos nada más entrar en contacto con él?
Una situación recurrente que últimamente me estoy encontrando es que bastantes bebés no se comportan como sería lo esperado. No se agarran del pecho durante las primeras dos horas de vida de forma espontánea. El bebé no demanda de acuerdo a sus señales internas de hambre y saciedad o sorprendentemente no sabe agarrarse del pecho, o si lo hace, lo hace de forma muy débil, quedándose dormido casi de inmediato.
¿CÓMO AYUDAR A LOS BEBÉS QUE NO DEMANDAN EL PECHO?
Esta situación es peligrosa. No debemos esperar ni un minuto para hacer algo al respecto. En estos casos la lactancia no opera a demanda del bebé ya que el bebé no pide, sino a oferta de la madre con el apoyo incondicional del padre. Ha sido práctica habitual ofrecer a estos bebés leche artificial mediante biberón, lo que daba al traste con la lactancia ya que el bebé se saciaba con el biberón y no estimulaba el pecho de la madre.
Si te encuentras en una situación similar no debe cundir el pánico. Contacta rápidamente con una asesora de un grupo de apoyo o con una persona experta en lactancia e intenta lo primero conseguir un sacaleches de extracción doble.

Puedes alquilar uno de gama hospitalaria que son los mejores en el grupo de apoyo o comprar uno eléctrico en algún establecimiento especializado. El sacaleches hará las veces de boca de bebé. Hasta que consigas un sacaleches puede ordeñarte manualmente, recogiendo las gotas de calostro en una cuchara y dárselas al bebé directamente a la boca.

No es lo mismo, pero si el bebé no mama por sí mismo, es la única manera de conseguir estimular el pecho suficientemente para pasar de producir apenas unas gotas de calostro los primeros dos, tres días, a conseguir un litro de leche al mes de vida del bebé, lo que garantizará su crecimiento. El número de veces que has de estimularte con el sacaleches es de al menos 8 veces al día o incluso más, imitando lo que haría un bebé que estuviera comandando el proceso de la lactancia. Los bebés maman frecuentemente al principio para mantener la glucemia alta, eliminar el meconio y engordar. Necesitan crecer muy rápido. Y con la succión frecuente a ti te estimulan el suficiente caudal de leche que les asegure el crecimiento óptimo.
La producción irá aumentando paulatinamente, día a día. Recomiendo apuntar en un cuaderno las cantidades extraídas y las cantidades que damos al bebé. El que salga más o menos va a depender generalmente de nuestro nivel de cansancio por lo que siempre aconsejo intentar dormir o descansar mientras duerme el bebé. Al bebé hay que seguir poniéndole al pecho todas las veces, practicando lo que se llama piel con piel, pero si no se engancha o se sigue durmiendo entonces recurriremos a la máquina. Lo que nos interesa en primer lugar es aumentar el volumen de leche ya que un bebé bello durmiente no lo hará sin ayuda. Así es como en la jerga de las asesoras llamamos a estos bebés que no demandan. En segundo lugar lo que buscamos es darle la oportunidad de que cuando esté preparado y despierte encuentre su “tetita” cerca para que haga lo que genéticamente viene programado por la evolución para hacer. Si está en el lugar adecuado, cerca de la teta de su madre, que no os quepa la menor duda de que lo hará. Así que paciencia y confiad en sus capacidades.
A estos bebés hay que darles tiempo. Para los padres implica mucha dedicación y mucha paciencia. Es un trabajo en equipo. Hacen falta cuatro manos. La madre puede sacarse la leche para lo que empleará al menos 100 minutos al día y ponerse al bebé al pecho o dormir con él cerquita, empleando bastantes minutos más que con el sacaleches. El padre puede darle la leche extraída con el sacaleches en diferido por cualquier otro método que no sea el uso de la tetina del biberón ya que las tetinas pueden confundir al bebé y hacer que rechacen el pecho además de modificar los patrones de succión del bebé ocasionando daño en el pezón de la madre. Y no queremos que nada de eso ocurra.
Mi recomendación es usar el método finger feeder o método dedo jeringa, ya que lo que más se parece a un pezón y a la estructura de la aureola de la madre dentro de una boquita de bebé es un dedo humano.

Procederemos de la siguiente manera:
- Ponemos al bebé semi sentado, nunca tumbado. Un ángulo ideal es de 45 grados. Para ello podemos ponerlo sobre un cojín. Nosotros frente al bebé con la leche extraída a mano y la jeringuilla ya cargada con la leche.
- Con el dedo bien limpio y las uñas cortadas estimularemos la nariz, el labio superior y el inferior del bebé hasta provocar el reflejo de búsqueda. Entonces el bebé querrá agarrar el dedo y empezará a succionar del mismo.
- Con una jeringuilla de 5 ml al principio, que iremos aumentando hasta llegar a una de 20 ml, introduciremos la leche por la comisura de los labios del bebé.
El bebé estará siempre sentado, con la espalda apoyada y no debemos perder de vista los movimientos de la boca del bebé. Si succiona iremos poco a poco presionando el émbolo de la jeringa para depositar leche en su boca. Si para, nosotros también pararemos. Con este método alimentamos al bebé y le damos tiempo a que despierte. Otro método de alimentación puede ser el relactador pero éste es mejor usarlo más adelante cuando el bebé empieza a estar más activo al pecho con el fin de estimular más la producción de leche.

Llega un momento en que el bebé despierta y comienza a hacer lo que debía haber hecho desde el principio. A veces es cuestión de varios días, a veces de varias semanas. Incluso he conocido a bebés que han precisado más de un mes de este tipo de cuidados. Luego un buen día la madre me llama diciendo que había comenzado a mamar.
Sigo preguntándome cual puede ser la causa de este tipo de comportamiento nada adaptativo que de no hacer nada llevaría a un serio desenlace. En un principio se le podría responsabilizar a la administración de la anestesia en los partos pero esto también les pasa a los bebés de parto en casa que han nacido vaginalmente sin anestesia. No encuentro una explicación. Lo que si he experimentado es que la pandemia parece haber disparado el número de casos de bebés que parecen paralizados al nacer y que no se comportan como es de esperar. Si al leerme te resuena lo que te estoy contando escríbeme. Me gustaría profundizar más en este hecho y saber de primera mano si habéis vivido esta situación como lo habéis solucionado. Juntas aprendemos, juntas llegamos más lejos.
Como conclusión sea cual sea la causa, lo importante es identificar esta situación a tiempo y no dejar a los bebés dormidos sin hacer nada al respecto. La leche artificial no es la solución pues acabaría con la lactancia. Aunque si fuera necesario cuando la madre tarda en producir leche tenemos que alimentar al bebé con ella de forma temporal. En momentos así debemos considerar ésta como un medicamento o sucedáneo transitorio de la leche de mamá que mantendrá al bebé con vida mientras la madre consiga generar su maravilloso oro líquido específico para su cría.
Ana Elsa
Hola. Yo tuve gemelos y a uno de ellos le pasó justo eso. Tuve un parto muy bueno sin epidural pero inducido de 37 semanas. Hice piel con piel nada más nacer y el más pequeño (2200 g) no logró coger el pecho y en las siguientes horas no mostraba interés seguía dormido aunque me lo pusiera, era imposible. Al final decidimos darle un poco de sucedáneo y yo me sacaba gotas de calostro en una cuchara y se lo daba, el sucedáneo se lo dimos con la jeringa y el dedo. Fue una situación muy estresante, era muy raro que no mostrará intención de… Pero al día siguiente de la suplementación, por fin quiso comer del pecho y yo también empecé a producir más, aun así seguí suplementando un par de semanas más porque tenían la glucemia justa. Pero después ya no fue necesario. En el hospital me prestaron un sacaleches doble para seguir estimulando y el otro gemelo también me estimulaba. Hubo opiniones de todo, gente muy informada sobre cómo apoyar esos momentos y seguir con la lactancia y también pasó una asesora de lactancia pero también gente que no estaba por la labor, era quien te tocara en el turno. Pero seguí lo que me parecía más acorde con la lactancia y funcionó, creo que estar informada te empodera y es básico.
douleandote
Enhorabuena por tu empeño. Siempre se nos dice que la lactancia funciona a demanda del bebé. Y esto es cierto la mayoría de las veces pero en ocasiones los bebés nacen demasiado cansados. Están dormidos y no buscan el pecho de la madre. Cuando ocurre esto no tenemos que quedarnos con los brazos cruzados y esperar a que el bello durmiente o la bella durmiente despierte. Hay que hacer algo. Es una situación de emergencia. Así que hay que empezar a estimular manualmente el pecho para conseguir calostro y dárselo frecuentemente al bebé. Hay que apoyar también con la estimulación de un sacaleches y de no ser suficiente añadir un poco de leche artificial. La situación se puede resolver en un par de días o extenderse varias semanas hasta que el bebé despierta y empieza a buscar, demandar y a succionar con eficacia. Paciencia madres. Buscad ayuda.